10 de abril de 1869: reunión de bandidos en Guáimaro
la institucionalización de la violencia
Un artículo de Sotero Figueroa Hernández (Ponce, 1857-La Habana, 1923) publicado por El Camaguey en conmemoración de triste efeméride me hace saltar de mi silla e interrumpir mi descanso vespertino. Pongamos el texto en contexto. Un artículo que se deshace en toda clase de loas, arrumacos y carantoñas a la reunión en Guáimaro de un puñado de españoles separatistas y anexionistas, naturalizados muchos de ellos como norteamericanos, un día como hoy de 1869. Esos individuos, sin el consentimiento claro y expreso de ningún mandato popular, se arrogan la capacidad de ser los nuevos interlocutores de una nación cubana que se acababan de inventar. Y, ¡cómo no!, también con bandera, con dos por falta de una, y ambas de origen extranjero, y ambas derrotadas. Una fue la que Céspedes había alzado en su trapiche y que peregrinó con los alzados hasta el poblado de Yara. Para dejar clara…
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